viernes, 6 de junio de 2008



El buen samaritano. La Parábola del Buen Samaritano es una de las parábolas de Jesús más importantes, relatada solamente en el Evangelio de Lucas 10,25-37.

La parábola es narrada por Jesúspara que sepamos que la piedad es un sentimiento muy importante y que cumplir el espíritu de la ley es tan importante como cumplir la letra de la ley. En esta parábola, Jesús amplía la definición de prójimo.

HISTORIA:

La narración comienza cuando un doctor de la ley le pregunta a Jesús qué se necesita para obtener la vida eterna, con la intención de meterlo en dificultades. Jesús, en respuesta, le pregunta al doctor qué es lo que dice la ley de Moisés al respecto. Cuando el doctor cita la Biblia, y precisamente: "amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la fuerza" (Deuteronomio 6,5) y la ley paralela "amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Levítico 19,18), Jesús dice que ha respondido correctamente y lo invita a comportarse en consecuencia. En ese punto, el doctor le pide a Jesús que explique a qué se refiere el prójimo. Jesús le responde con la párabola.
Un hombre, mientras viajaba de
Jerusalén hacia Jericó, fue asaltado, robado y abandonado medio muerto al lado del camino. Un sacerdote lo evita pasando por el otro lado de la acera. De modo similar, un levita lo ignora. Solamente un samaritano, que es un hereje, a pesar de la antipatía entre hebreos y samaritanos, inmediatamente lo socorre y lo conduce a una posada cercana para que pudiera restablecerse completamente. Al dueño de la posada le da dos denarios por el servicio.
Al término de la parábola, Jesús le pregunta al doctor de la ley cuál de los tres había visto al prójimo en el hombre robado. Él no responde directamente "el samaritano", pero indirectamente le dice "el que tuvo compasión de él". Jesús concluye: "Véte y haz lo mismo".

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