sábado, 7 de junio de 2008




MILAGROS:

La resurrección de Lázaro por Giotto di Bondone (siglo XIV) Según los evangelios, durante su ministerio Jesús realizó varios milagros. En total, en los cuatro evangelios canónicos se narran 27 milagros, de los cuales 14 son curaciones de distintas enfermedades, cinco exorcismos, tres resurrecciones, dos prodigios de tipo natural y tres signos extraordinarios. Los evangelios narran las siguientes curaciones milagrosas obradas por Jesús: Sanó la fiebre de la suegra de Pedro, en su casa en Cafarnaúm, tomándola de la mano (Mc 1,29-31; Mt 5,14-15; Lc 4,38-39); Sanó a un leproso galileo mediante la palabra y el contacto de su mano (Mc 1,40-45; Mt 8,1-4; Lc 5,12-16); Sanó a un paralítico en Cafarnaúm que le fue presentado en una camilla y al que había perdonado sus pecados, ordenándole que se levantara y se fuera a su casa (Mc 2, 1-12; Mt 9,1-8; Lc 5,17-26); Sanó a un hombre con la mano seca en sábado en una sinagoga, mediante la palabra (Mc 3,1-6; Mt 12,9-14;Lc 6,6-11); Sanó a una mujer que padecía flujo de sangre, que sanó al tocar el vestido de Jesús (Mc 5,25-34; Mt 9,18-26; Lc 8,40-56); Sanó a un sordomudo en la Decápolis metiéndole los dedos en los oídos, escupiendo, tocándole la lengua y diciendo: "Effatá", que significa "ábrete" (Mc 7,31-37); Sanó a un ciego en Betsaida poniéndole saliva en los ojos e imponiéndole las manos (Mc 8,22-26); Sanó a Bartimeo, el ciego de Jericó (Mt 20,29-34; Mc 10,46-52;Lc 18,35-45); Sanó a distancia al criado del centurión de Cafarnaúm (Mt 8,5-13, Lc 7,1-10, Jn 4,43-54; Jn 4,43-54;[25] Sanó a una mujer que estaba encorvada y no podía enderezarse, mediante la palabra y la imposición de manos (Lc 13,10-17). Esta curación tuvo lugar también en sábado y en una sinagoga; Sanó a un hidrópico en sábado, en casa de uno de los principales fariseos (Lc 14, 1-6). Sanó a diez leprosos, que encontró de camino a Jerusalén, mediante la palabra (Lc 17,11-19). Sanó a un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo, en Jerusalén, en sábado (Jn 5,1-9). Sanó a un ciego de nacimiento untándolo con lodo y saliva, tras lo cual le ordenó lavarse en la piscina de Siloé (Jn 9,1-12). En los evangelios canónicos aparecen cinco relatos de expulsiones de espíritus impuros (exorcismos) realizados por Jesús: Expulsó a un demonio en la sinagoga de Cafarnaúm (Mc 1,21-28; Lc 4,31-37); a otro en la región de Gerasa (Mt 8,28-34; Mc 5,1-21; Lc 8,26-39); a otro que poseía a la hija de una mujer sirofenicia (Mt 15,21-28;Mc 7,24-30); a otro que atormentaba a un epiléptico (Mt 17,24-20; Mc 9,14-27; Lc 9,37-43); a un "demonio mudo" (Lc 11,14; Mt12,22). Además, hay varios pasajes que hacen referencia de modo genérico a exorcismos de Jesús (Mc 1,32-34;Mc 3,10-12). Según los evangelios, Jesús obró tres resurrecciones: Resucitó una niña de doce años, la hija de Jairo (Mc 5,21-24, Mt 9,18-26, Lc 8,40-56). Jesús afirmó que la niña no estaba muerta, sino solo dormida (Mt 9,24;Mc 5,39;Lc 8,52). al hijo de la viuda de Naín (Lc 7,11-17). a Lázaro (Jn 11,1-44). Jesús obró también, según los evangelios, dos prodigios de tipo natural, en los que se pone de manifiesto la obediencia de las fuerzas naturales (el mar y el viento) a su autoridad. Jesús ordena a la tempestad que se calme y ésta obedece (Mt 8,23-27; Mc 4,35-41; Lc 8,22-25). Jesús camina sobre las aguas (Mt 14,22-33; Mc 6,45-52; Jn 6,16-21). Tres signos extraordinarios, que tienen un sentido acusadamente simbólico: Multiplicación de los panes y los peces. Es el único de todos los milagros de Jesús que es registrado por todos los evangelios (Mc 6,32-44; Mt14,13-21; Lc 9,10-17; Jn 6,1-13). Ocurre en dos ocasiones según los evangelios de Marcos (Mc 8,1-10) y Mateo (Mt 15,32-39); la pesca milagrosa (Lc 5,1-11; Jn 21,1-19); la conversión del agua en vino en las bodas de Caná (Jn 2,1-11).

viernes, 6 de junio de 2008



El buen samaritano. La Parábola del Buen Samaritano es una de las parábolas de Jesús más importantes, relatada solamente en el Evangelio de Lucas 10,25-37.

La parábola es narrada por Jesúspara que sepamos que la piedad es un sentimiento muy importante y que cumplir el espíritu de la ley es tan importante como cumplir la letra de la ley. En esta parábola, Jesús amplía la definición de prójimo.

HISTORIA:

La narración comienza cuando un doctor de la ley le pregunta a Jesús qué se necesita para obtener la vida eterna, con la intención de meterlo en dificultades. Jesús, en respuesta, le pregunta al doctor qué es lo que dice la ley de Moisés al respecto. Cuando el doctor cita la Biblia, y precisamente: "amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la fuerza" (Deuteronomio 6,5) y la ley paralela "amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Levítico 19,18), Jesús dice que ha respondido correctamente y lo invita a comportarse en consecuencia. En ese punto, el doctor le pide a Jesús que explique a qué se refiere el prójimo. Jesús le responde con la párabola.
Un hombre, mientras viajaba de
Jerusalén hacia Jericó, fue asaltado, robado y abandonado medio muerto al lado del camino. Un sacerdote lo evita pasando por el otro lado de la acera. De modo similar, un levita lo ignora. Solamente un samaritano, que es un hereje, a pesar de la antipatía entre hebreos y samaritanos, inmediatamente lo socorre y lo conduce a una posada cercana para que pudiera restablecerse completamente. Al dueño de la posada le da dos denarios por el servicio.
Al término de la parábola, Jesús le pregunta al doctor de la ley cuál de los tres había visto al prójimo en el hombre robado. Él no responde directamente "el samaritano", pero indirectamente le dice "el que tuvo compasión de él". Jesús concluye: "Véte y haz lo mismo".